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Reflexión

Lo que sabía y no sabía en el aprender a aprender por competencias

Antes de iniciar el ciclo escolar febrero-junio 2025, nunca había tenido contacto con el modelo de aprendizaje

basado en competencias. Desde la educación básica y media superior, hasta el inicio de este curso, había estado acostumbrada a sistemas de enseñanza tradicionales, donde el docente era la principal fuente de conocimiento y la dinámica consistía en escuchar, tomar apuntes y memorizar información a corto plazo. Por eso, uno de los mayores desafíos que enfrenté este semestre fue tratar de dejar atrás esa dependencia hacia el maestro, porque realmente quería sumergirme en el modelo y comenzar a investigar, organizar y aprender por mi cuenta, porque algo que sí sabía, era que esta forma de aprender buscaba hacernos más autónomos y responsables.

Mi aprendizaje áulico y virtual

Durante las clases presenciales, el aprendizaje fue constante y desafiante. Me apoyé en la explicación de la

docente, en la discusión de ideas con mis compañeras de equipo y en la realización de investigación documental. Cada sesión me ayudó a entender mejor el propósito de las etapas del proyecto y a relacionar la teoría con la práctica. En clase se nos daba el espacio para compartir dudas, opiniones y estrategias, lo que fortaleció un poco más mi seguridad al hablar y trabajar en equipo.

En el espacio virtual, consultaba frecuentemente el portal del docente: https://www.minervacj2000.com/ , para

revisar instrucciones, rúbricas, formatos, y ejemplos. También busqué apoyo en sitios como Google Academic, SiELO, Redalyc y YouTube para entender los temas necesarios para completar el proyecto de investigación. Para el diseño del Portafolio de Evidencias Virtual (PEV), se utilizó la plataforma Wix, la cual aprendí a manejar poco a poco, ya que también era mi primera vez usándola.

Esta herramienta nos permitió a cada estudiante explorar nuestra creatividad al seleccionar la información más

relevante y organizarla de manera visualmente atractiva y funcional. Trabajaba el portafolio de forma semanal, dedicándole unas 6 horas los fines de semana para actualizar contenido conforme se avanzaba en el proyecto. Esta herramienta en específico fue de gran utilidad ya que me ha permitido reforzar mis habilidades digitales y a pensar en la importancia de aprender a presentar mi trabajo de forma más estructurada y profesional, habilidad indispensable con la que debo contar para ser la mercadóloga que aspiro ser.

Competencias desarrolladas

Como estudiante de sexto semestre de la licenciatura en Mercadotecnia, este curso me permitió consolidar

varias competencias del perfil de egreso requerido. Fortalecí principalmente competencias genéricas como el pensamiento crítico, el trabajo colaborativo y la comunicación clara de ideas. También desarrollé competencias en la toma de decisiones y el liderazgo, al asumir responsabilidades que en otros escenarios hubiera evitado por miedo, algo que me sorprendió mucho de mi y me gratifica pensar hoy en día. En lo específico, apliqué conocimientos metodológicos para diseñar y ejecutar una investigación de mercados, haciendo uso de enfoques cualitativos y cuantitativos.

En el proceso evaluativo, a través de autoevaluaciones, coevaluaciones y rúbricas, pude ser más consciente de

mis avances y áreas de mejora. Estas herramientas fueron claves para guiar mi trabajo y reforzar la calidad de mis entregables, permitiendo fortalecer las competencias que he adquirido a lo largo de mi trayectoria académica y las que pude adquirir en esta asignatura. Este modelo por competencias me hizo replantearme la manera en la que aprendo y me relaciono con los demás en diferentes contextos, lo cual sirve como guía para seguir mejorando mi proceso formativo como profesional.

 

Lo aprendido y lo que falta por seguir mejorando en mi propio proceso de aprendizaje

A lo largo del curso aprendí que el Aprendizaje Orientado a Proyectos (AOP) no solo permite adquirir

conocimientos, sino también desarrollar competencias para toda la vida. Comprendí la importancia de organizarme, trabajar en equipo, reflexionar sobre mis decisiones y comunicarme de manera más efectiva. Este proceso me ayudó a recordar que aprender no se trata solo de memorizar, sino de transformar lo aprendido en acciones concretas y útiles. Aunque el proceso me generó muchos momentos de estrés e incertidumbre, gracias a este enfoque descubrí aspectos de mí misma que pensaba ya tenía identificados, como ciertas habilidades de liderazgo e interacción con los demás y que tengo un firme sentido de responsabilidad y compromiso; sin embargo, reconozco que aún me faltan áreas por mejorar para convertirme en la persona que quiero ser, como mejorar aspectos de mi carácter, ya que a veces me cuesta confiar y delegar en otras personas o que no creo en mis capacidades. Considero que seguir practicando y buscando herramientas que ayuden a afianzar los conocimientos adquiridos será clave para alcanzar un mejor nivel en mi proceso de formación. Espero que durante los semestres que restan de mi trayectoria académica, pueda volver a abordar este enfoque de aprendizaje y seguir fortaleciendo mis habilidades, ganar mayor seguridad en mis capacidades y prepararme mejor para los retos profesionales que enfrentaré al egresar.

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